lunes, 25 de mayo de 2015

Elecciones municipales y autonómicas: Ilusión, joder, ilusión

El 24-M ha sido una jornada histórica. El PP, con una hegemonía casi absoluta en ayuntamientos y gobiernos regionales, ha sido borrado del mapa por los españoles. La izquierda volverá al poder con saludables, deseables y democráticos pactos.

Ada Colau y Manuela Carmena, la imagen del CAMBIO.
Que tome nota Rajoy de lo que le espera en las generales, que siga sin hablar de corrupción (y eso que sabe mucho de ella) y riéndose en nuestra cara diciendo que ya casi no se habla del paro en los hogares españoles. El cambio no solo es posible, el cambio ha acelerado. Es imparable. Que se lo pregunten a Aguirre, a Barberá, a Fabra, a Monago… Las victorias de Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona lo demuestran. Y, una satisfacción personal, Valladolid ha dado la patada a León de la Riva. ¡¡¡Sí!!!

Ilusión. Me acosté anoche, avanzada la noche, ilusionado, con una amplia sonrisa en mi cara. Una palabra se repetía en mi cabeza: cambio. La acompañaban otras como esperanza. Y, finalmente, una expresión de júbilo: Sí, joder, sí se puede. El cambio no solo ha llegado a España para quedarse, ha llegado para apretar el acelerador. Muchos españoles nos hemos despertado hoy sin olvidar nuestros problemas cotidianos (muchos heredados de esta puta crisis que ni creamos ni hemos gestionado, pero sí sufrido). Pero algo ha cambiado. Hoy tenemos ilusión, tenemos esperanza. Sabemos que el cambio es posible.

Habrá quien me considere un friki de la política. Error. Y, de todos modos, si quiere usted ponerme ese calificativo, no me molesta. Yo, encantado. Soy un ciudadano crítico que implora por un cambio social (lo dejo bien claro en la descripción de este blog). Es un gravísimo error renunciar a tu condición de ciudadano. La política es esencial en nuestras vidas. La política condiciona nuestras vidas. Creo que la crisis, al menos, ha servido para que muchos españoles se dieran cuenta de nuestro decisivo papel político. No se puede vivir de espaldas a la política. No se puede renunciar a nuestra condición de ciudadano activo, de sujeto público.

Los ciudadanos, sobre todo los más humildes, los que hemos sufrido y estamos sufriendo esta crisis, hemos asumido como pocas veces ese papel político que nos corresponde. Porque, por más que el gran poder económico, financiero, mediático y político haya intentado siempre desmovilizarnos, tenemos fuerza suficiente para cambar de abajo a arriba (porque es el orden correcta) las sociedades. ¿Soy un utópico? Amigo mío, repase la historia de la humanidad, está llena de cambios. No hay palabra más preciosa que esa: CAMBIO.

Queda mucho por hacer, y muchas zancadillas (no lo duden) por sortear. Pero los cambios se hacen poco a poco. Y este cambio que estamos construyendo entre muchos españoles está avanzando poco a poco. Sí se puede. Sí se puede. Sí se puede. Pudimos. Podemos. Y Podremos.

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