“En nombre del PP quiero
pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que
no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos”. Y, ¿ya está? ¿Con
eso vale? Pues va a ser que no, señor presidente.
24 horas antes de que
estallara la Operación Púnica (35 detenidos y 15 imputados), que arrancó el
lunes 27 de octubre con Madrid como epicentro y extensiones en
Murcia, Valencia y León, Mariano Rajoy minimizaba en la clausura de
la XXII Intermunicipal del PP el impacto de la corrupción en España. Lo hizo
fiel a su cobarde estilo de afrontar los problemas, sin citarlos.