Ahora, toca salvar vidas y también empleos… en 2020.
No son unas fiestas comunes. No. ¿Acaso el año ha sido normal? La covid-19
sigue ahí, en las UCI’s, en los hospitales, en los centros de salud…, pero
también en nuestras calles con una trasmisión comunitaria menor que en las últimas
semanas, pero todavía demasiado importante como para subestimarla. No ha
desaparecido, ni va a desaparecer a corto plazo, incluso cuando comience la
ansiada campaña de vacunación. Tampoco lo hizo tras el confinamiento de
primavera. Entonces, había que salvar el verano. Antes incluso se quiso salvar
la Semana Santa (spoiler, no vuelvan con lo mismo dentro de unos meses). Al
virus le encanta que le sigamos menospreciando. Golpeó una vez. Golpeó dos
veces. Y golpeará una tercera vez si queremos salvar las navidades… de 2020.