¿Cuál es el beneficio para
los ciudadanos con un cambio en la gestión del sistema sanitario? Colocar a una
o varias empresas privadas al mando de consultorios o hospitales implica la
concesión de una carta blanca para buscar rentabilidad económica en un
servicio, hasta ahora, público, esencial y pagado sin sangrar a la sociedad con elevados impuestos. Poner un precio a la salud de un país representa una revolución ideológica impulsada desde el Gobierno
central y algunos ejecutivos autonómicos, en especial Madrid, para minimizar el
volumen del Estado: el gran sueño de los conservadores y liberales españoles.
¿Estamos en crisis debido al coste de la sanidad pública, de los fármacos, de las ambulancias, de
las prótesis o de la atención a los ‘sin papeles’? Radicalmente, no. Eviten que les engañen. Reflexionen y vean lo que está en juego: nuestro modelo social, nuestro Estado del Bienestar, nuestro futuro más cercano.
¿Hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades? ¿Todos hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades? ¿Estamos en crisis debido a que algunos han vivido por encima de
sus posibilidades? En España, se ha instalado un debate falso al respecto. No
pocos ciudadanos piensan que el fuerte impacto de la crisis se debe a un Estado
del Bienestar demasiado generoso. Pero, ¿es así? Hablemos de sanidad y utilicemos
para ello datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística de la Unión
Europea.