Medio centenar fallecen asfixiados, como animales, en un camión abandonado en una autovía austriaca. Otro medio centenar aparecen muertos en la bodega de un barco naufragado frente a las costas libias. Eso solo en las últimas 24 horas. Mientras, la extrema derecha alemana se reactiva calcinando albergues destinados para los miles de sirios (principalmente), iraquíes, eritreos y afganos, entre otros, que llegan a Europa huyendo de la guerra. Grecia, Macedonia y Serbia, sobrepasadas por la avalancha. Hungría construye a toda prisa una verja para candar su frontera. El Mediterráneo se convierte en la bochornosa fosa común de, únicamente en 2015, cerca de 2.500 inmigrantes. Francia y Reino Unido rivalizan en xenofobia a la hora de gestionar la crisis migratoria en el Eurotúnel. Y eso solo este verano. ¿Y la política y el pueblo europeo? ¿Y Europa?
Dos niños de corta edad lloran desconsoladamente en la frontera macedonia. Foto: Georgi Licovski (EPA) |