¿Podrá la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la
Reestructuración Bancaria) absorber 89.000 pisos, trece millones de metros
cuadrados de suelo y miles de créditos morosos a promotores? ¿Conseguirá que el
crédito vuelva, de inmediato, a fluir y permita la recuperación de la actividad laboral y de
la economía? ¿Es justo limpiar los balances de las entidades financieras con
dinero público, a través del FROB (Fondo
de Reestructuración Ordenada Bancaria), mientras los desahucios siguen siendo frecuentes
tras una tibia reforma del Gobierno?
La Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la
Reestructuración Bancaria) se acerca a su primer mes de una vida que se
extenderá a lo largo de quince años. De momento, las cuatro entidades más
importantes implicadas en el rescate financiero de la UE, Bankia (22.318
millones), Catalunya Banc (6.708), Novagalicia (5.707) y Banco de Valencia (1.962),
han transferido activos tóxicos derivados del ‘ladrillazo’ por valor de 36.695
millones de euros. En el primer trimestre de este 2013, lo harán las otras cuatro
entidades que han recibido ayudas de Bruselas, Liberbank, Caja3, Banco Mare Nostrum
y Caja España-Caja Duero, con un importe aproximado de 4.588 millones. El objetivo, limpiar los balances y permitir el
regreso del crédito para reactivar la economía española. Pero las dudas son
muchas y las urgencias inmensas.