martes, 5 de noviembre de 2013

Wert no solo quiere dejar tirados a los Erasmus

Con el curso comenzado, con miles de universitarios españoles desplegados por toda Europa, el Ministerio de Educación había decidido recortar las ayudas a los Erasmus. ¿Improvisación, mala leche o ignorancia? ¿No tuvieron tiempo el ministro y los señores de las tijeras Mariano Rajoy y Cristóbal Montero de decidirlo antes de que miles de alumnos se marcharan al extranjero contando con un dinero que han podido perder? Las protestas de los afectados han obligado a una marcha atrás de un ministro que hace tiempo debería haber sido destituido y que dentro de dos semanas afrontará una segunda huelga general de profesores, padres y alumnos.
 
 
“Creada en 1987, la beca Erasmus es un programa de intercambio destinado a estudiantes universitarios europeos. Con ella se promueve la movilidad académica de los estudiantes y de los profesores universitarios”. Así define el mismo Gobierno español las becas Erasmus, un programa en el que participan más de dos mil instituciones académicas de toda la Unión Europea más Suiza, Turquía, Noruega, Islandia y Liechtenstein.

 
Es la beca más conocida en España y la que moviliza al mayor número de estudiantes universitarios españoles a nivel internacional”. En el curso 2011/12, último con datos oficiales, hubo 39.545 Erasmus españoles, máximo histórico. El número no ha parado de crecer. Hace apenas siete años eran la mitad. Las becas Erasmus suponen uno de los grandes aciertos de la UE. Una manera de construir Europa mientras se mejora el aprendizaje de los universitarios.
 
La cuantía de las becas se divide en España en tres partidas procedentes, respectivamente, de la UE (una media de 133 euros mensuales), el Ministerio de Educación (entre 100 y 180 euros) y las comunidades autónomas (algunas como Madrid han eliminado su aportación). El Ministerio, con el curso comenzado con miles de Erasmus españoles desplegados por toda Europa, decidió revaluar sus asignaciones.
 
En la práctica, el ministro José Ignacio Wert optó por suprimir un importante número de las becas. Solo se ayudaría a los actuales universitarios beneficiarios de una beca general por bajos recursos económicos. Para el resto, muchos ya fuera de España, su experiencia en el extranjero se convertiría en un problema económico con el surrealista anuncio del Ministerio de Educación. Se quedarían tirados. Lo crea o no el Gobierno, 100-180 euros al mes dan mucho de sí cuando no abunda el dinero en los bolsillos. En España, no todos somos millonarios, señor ministro, señores del Partido Popular.
 
Pese a que el Gobierno lleva varias triunfalistas semanas anunciado como profetas de una Nueva Era que estamos saliendo del túnel de la crisis, los ciudadanos nos enteramos, semana sí y semana también, de nuevos recortes presentados con suma improvisación y a escondidas en el BOE esperando que nadie se dé cuenta. Wert, como la ministra de Sanidad, Ana Mato, con el futuro repago de los medicamentos en las farmacias hospitalarias, ha tenido mala suerte. Le hemos pillado.
 
El ministro no ha tenido más remedio que rectificar y recular. No habrá cambios en las becas en este curso. Los Erasmus han dado un ejemplo movilizándose en las redes sociales. Wert, tan amigo de las provocaciones a quienes cuestionan sus medidas, no contaba con ello. Los Erasmus no se han resignado. Sus protestas han encontrado el apoyo de la mayoría de españoles, de toda la oposición, de la Unión Europea e incluso de distintos sectores del Partido Popular.
 
El obligado cambio de opinión del ministro demuestra el exagerado nivel de improvisación que domina en la política del Gobierno de Mariano Rajoy. ¿De verdad se esperaba José Ignacio Wert, acuciado por los señores de las tijeras Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro, que los miles de Erasmus españoles se quedarían de brazos cruzados mientras perdían una ayuda con la que contaban para salir fuera de España?
 
¿Cuál era el objetivo de esta torpe medida? ¿No se les encendieron las bombillas en La Moncloa hasta que el curso ya estaba en marcha? ¿No merece, de verdad, este nuevo error del ministro Wert, vilipendiado por casi toda la comunidad educativa, su definitiva dimisión? ¿Por qué Rajoy se resiste tanto a cambiar a algunos ministros cuya gestión es fuertemente contestada en las calles?
 
Wert es el peor ministro de Educación en la historia de la democracia española. Hace escasamente dos semanas sufrió una importante huelga en el mundo de la educación que se repetirá el próximo 20 de noviembre. Ha aprobado una nueva Ley, la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), que disgusta a casi todo el sector educativo: profesores, padres y alumnos de la escuela pública y concertada, aconfesional y religiosa. Es un personaje repudiado en los colegios y en las universidades.
 
¿Dónde vamos con este señor al frente de un ministerio tan importante en un país como el de Educación? No cuesta rectificar, dicen que es de sabios. Igual que era imprescindible dar marcha atrás con los recortes a las becas Erasmus, es obligatorio escuchar las demandas de profesores, padres y alumnos. ¿Qué clase de sistema educativo nos traerá una LOMCE confeccionada y aprobada sin ellos? Wert no solo quiere dejar tirados a los Erasmus.

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