domingo, 24 de marzo de 2013

La gran estafa de las preferentes: la banca nunca pierde

El Consejo de Ministros ha certificado el engaño de las preferentes. Los clientes de las entidades nacionalizadas, captados en su inmensa mayoría con mentiras de unas cajas que han necesitado un rescate, perderán casi todos sus ahorros. No crearon el problema, pero serán quienes lo sufran. “¿Creen ustedes que un ahorrador está dispuesto a perder si quiera un 10% de sus ahorros? Por supuesto que no!! El ahorrador viene a que le gestionen sus ahorros no a que le roben, y evidentemente no quiere riesgos. Muy diferente es un inversor”, expone Ana, familiar de una pareja de personas mayores afectada por esta estafa. El Gobierno ha optado, una vez más, por la banca antes que por los ciudadanos.

 
“Los 80.000 euros que eran mis ahorros de toda la vida y lo que me había dejado mi padre los puse en preferentes. Ahora vivo con 400 euros. No sabía ni lo que era la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Soy una persona muy normal, llegué a estudiar el Bachiller, pero no más. Y mi dinero lo tuve siempre a plazo fijo de un año. Cuando invertí en preferentes, creía que Caixa Galicia estaba simplemente renovando este depósito. Cuando fui a recuperar el dinero, a los cinco años, me dijeron que antes habría que venderlas. Entonces descubrí que no era un depósito a plazo fijo. Esto sucedió en 2008 y desde entonces no he recuperado ni los intereses. Y, además, me sucedió igual en Caixa Nova. Me hicieron la misma jugada con la otra parte de mis ahorros”. Es el testimonio de Rosa, de Vigo, afectada por el escándalo de las preferentes.


Rosa no esta sola. ¿Quieren más ejemplos? Las daré algunos más. “Invertí 15.000 euros en las preferentes de Caja Madrid de 2009. La valoración actual que me hacen de ellas es 11.200 euros. Acabo de recibir una carta en la que la entidad me dice que pierdo casi 4.000 euros, pero a mí me las vendieron como un producto ‘siempre garantizado’. Yo siempre he sido clienta de depósitos a plazo, sin riesgo. Ahora pido recuperar todo mi dinero. Yo no quería riesgo, solo un plazo fijo al 2%. Lo de las preferentes se puede calificar como un engaño o un fraude en toda regla. Nunca me dijeron que era un producto perpetuo y de alto riesgo. De haberlo sabido, por supuesto, no hubiera invertido. Tampoco me hicieron ninguna encuesta para evaluar mi nivel de riesgo”. Son las palabras de Guadalupe Gómez Real.

“Tenía un plazo fijo que me vencía en 2004. Me llamaron hasta tres veces a casa para que suscribiera las dichosas participaciones preferentes. Las dos primeras veces me negué porque necesitaba parte del dinero, pero a la tercera sucumbí. Me las ofrecieron con un tipo de interés muy atractivo, del 7%. Curiosamente, el día que fui a la sucursal a firmar me atendió un señor al que yo nunca había visto. No era mi persona de confianza habitual. Tengo claro que lo pusieron allí para que me obligara a firmar, para hacerme ‘picar’. Yo no sabía cómo funcionaba el producto. Me he enterado mucho después. Ahora sé que no puedo disponer de mi capital y que encima vale menos. Quiero recuperar mi dinero. No quiero acciones ni ninguna otra cosa”. Es la historia de Aurora Oliete Heredia.

El caso de Araceli es si cabe más inhumano por la procedencia de sus ahorros. “Yo soy víctima declarada del atentado del 11 de marzo. Me dieron una indemnización y no sabía qué hacer con ese dinero porque me quemaba. Me quemaba porque yo sobreviví y ellos no. El banco me habló de las preferentes, aunque yo estaba preocupada por si lo perdía, pero me dijeron que se podrían vender en dos días y lo recuperaba. A día de hoy no lo tengo y, si un día por lo que sea no puedo pagar mi hipoteca, no puedo contar con ese dinero”.

Rosa, Guadalupe, Aurora y Araceli. Son cuatro rostros, cuatro relatos de las consecuencias de las preferentes en la vida de los estafados. Sí, estafados. Una inmensa mayoría de los clientes de entidades financieras que contrataron este producto de alto riesgo lo hicieron desde el más absoluto desconocimiento. Los bancos se aprovecharon de su confianza. Las explicaciones fueron escasas, cuando no nulas, y, en muchos casos, inexactas. Los estafados por las preferentes buscaban seguridad en sus ahorros, no correr riesgos.

Para los clientes de las entidades nacionalizadas (Bankia, Novacaixagalicia y Catalunya Banc), las últimas noticias, con la aprobación en el Consejo de Ministros del pasado viernes del Real Decreto Ley en Materia de Participaciones Preferentes y Deuda Subordinada de Entidades de Crédito en Reestructuración o Resolución, han supuesto un puñal en su bolsillo y su corazón. Sus ahorros de toda la vida, atrapados en las preferentes, se esfumarán casi en su totalidad. Estamos hablando de decenas de miles de afectados, la mayor estafa en la historia de España. “Las medidas constituyen un fraude que confirma la descarga sobre los consumidores de gran parte de los costes del rescate financiero”, resume Manuel Pardos, presidente de Adicae. El FROB ha impuesto unas pérdidas directas de hasta 6.300 millones de euros a más de 200.000 pequeños ahorradores.

Como demuestran los testimonios de Rosa, Guadalupe, Aurora y Araceli, la mayoría de clientes que adquirieron preferentes desconocían en qué consistía exactamente el producto. El banco de turno se aprovechó de la confianza establecida desde hace años con los ahorradores, que pensaban que se trataba de un producto seguro. No buscaban inversiones de riesgo, y las preferentes lo son. Entre 1999 y 2011, un total de 52 entidades financieras vendieron alrededor de 30.000 millones de euros en preferentes. Ofrecían altas rentabilidades a cambio de contratos a perpetuidad.

Las participaciones preferentes son emisiones de deuda sin un plazo definido. Hasta julio del año 2011, los bancos y las cajas permitieron a los clientes vender este producto en un mercado secundario propio. Todo cambió cuando la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) instó a las entidades a ajustar el valor de las preferentes a su valor en el mercado. A partir de entonces, los clientes se han enfrentado a pérdidas muy importantes. “Me dejé asesorar por el director. Me dijo que lo tenía hasta su madre. Ahora no podemos sacar absolutamente nada. Lo único que nos queda es que se nos cruce un inversor y nos compre el producto, pero nadie lo quiere”. Es el sentir de María Pérez, afectada por las preferentes de la CAM y que refleja el sentir de decenas de miles de afectados.

Las preferentes son un producto, por tanto, de riesgo que se vendió a ahorradores que solo buscaban tranquilidad para su dinero y, como mucho, una rentabilidad asegurada. Eso es lo que les dijeron, al menos, en el banco con burdas estrategias comerciales. Las entidades financieras mutaron en simples mercaderes y obviaron su papel de asesores. Eran, perfectamente, conscientes de que vendían un producto de riesgo a gente que no cumplía con ese requisito. Algo positivo para el balance de la entidad, pero perverso para el cliente.

Eso le sucedió, por ejemplo, a Montserrat Gil, que invirtió 10.000 euros en preferentes en marzo de 2011. “Me llamaron de mi oficina después de recibir una pequeña herencia. Les expliqué que quería un plazo fijo solo a un año y algo muy seguro. No leí el contrato. He pasado mucho tiempo sintiéndome culpable por eso. Pero ya no. Confié en la persona que me asesoraba. Y esa persona me engañó”.

“Desde luego que me falta cultura financiera, pero tampoco sé de física cuántica. La diferencia es que de ello no depende mi futuro. ¿Necesito tener formación financiera para que el banco no abuse de mi confianza?”, se pregunta Jesús Ros, con 50.000 euros atrapados en preferentes de Caja Madrid.

Testimonios de ciudadanos humildes, no de grandes fortunas, que fueron el blanco propicio para colarles las preferentes. ¿Dónde está la ética en la banca española? Se lo responderé con un ejemplo verificable en la prensa. Aparece en los documentos de preferentes de Caixanova vendidos a personas analfabetas que aceptaron el producto con su huella dactilar ya que no sabían escribir. Pero, ¿se puede ser más miserable engañando de forma tan vil a sus clientes? Caixanova, tras fusionarse contra Caixa Galicia, creó Novacaixagalicia, una de las entidades nacionalizadas por el Estado. Mientras engañaban a sus clientes, alumbraban un engendro financiero que ha tenido que ser rescatado con 5.425 millones de euros. Las mismas familias que han sido estafadas por Novacaixagalicia han tenido que poner dinero para evitar su quiebra. Una demostración más de que esta crisis generada desde las esferas financieras y políticas la acaban pagando los ciudadanos.

Para un afectado por las preferentes de Bankia, el engaño de su banco supondrá la práctica desaparición de sus ahorros. Canjearán sus participaciones en preferentes por acciones, con una quita del 36% sobre la cantidad inicial. No obstante, pocas cosas existen ahora mismo con menor valor que un título de Bankia. El FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) ha fijado en un precio irrisorio, un céntimo (0,0136), su coste. Las acciones saldrán, además, al mercado en paquetes de cien. Lejos de suponer una ayuda, será otro golpe económico. Su escaso valor menguará todavía más. En la práctica, no recuperarán nada de su inversión en un producto que una inmensa mayoría no demandó. 100.000 familias españoles se quedarán sin su dinero invertido en Bankia.

Para los afectados de Novacaixagalicia y Catalunya Banc, el canje no será en acciones bursátiles, ya que no cotizan. Recibirán títulos especiales de las entidades, con un valor que no se ha precisado, con quitas muy importantes, del 43% y el 61%, respectivamente, con respecto al dinero ‘invertido’ en preferentes. Los clientes de estas entidades podrán vender esos títulos al Fondo de Garantía de Depósitos. No obstante, el Fondo será “quien determinará el precio”. Por tanto, sufrirán una nueva quita.

Se mire por donde se mire, los afectados por las preferentes de las entidades nacionalizadas perderán casi todos sus ahorros. La UE ha ordenado su cabeza para que el rescate financiero sea efectivo. Los bancos no siempre ganan, pero nunca pierden. Los clientes, sí. Incluso los que fueron estafados por las entidades no nacionalizadas. En estos casos, se ha llegado a acuerdos, con sustanciales pérdidas para los ahorradores, o han acabado en denuncias.

La banca española no solo es responsable de esta crisis sino, además, de la ruina de decenas de miles de sus clientes. La diferencia es que, mientras a las entidades financieras se las rescata, a sus engañados y confiados depositantes, no. Un argumento que jamás nos cansaremos de utilizar quienes denunciamos la gestión de esta crisis. ¿Pueril? No, señores, real, real como la vida misma. Mientras un afectado por las preferentes se quedará sin su dinero, Bankia seguirá existiendo gracias a la ayuda económica que sale de los bolsillos de los mismos ciudadanos. Bankia no paga por su engaño, y ya veremos si lo hace dentro de unos años por su rescate. ¿Se creen ustedes algo de lo que sale de Bruselas? También decían que nuestros depósitos estaban garantizados y a los chipriotas les quieren atracar con una tasa a sus ahorros.

Que el escándalo de las preferentes se resuelva de esta manera, a costa de los estafados, y no de los estafadores, insiste en el camino abierto desde la UE, con la connivencia del Gobierno español, para afrontar la crisis: quienes pagarán las consecuencias serán los ciudadanos. Que los dirigentes del PP gallego, reunidos este fin de semana en Pontevedra, se atrincheren, con una generosa protección de la Guardia Civil, ante las concentraciones de afectados por las preferentes incide en esa opción marcada desde Bruselas y Berlín, y aceptada servilmente por La Moncloa. Lejos de mostrar comprensión, el PP gallego se ha arropado con agentes de la Benemérita para ‘defenderse’ de ciudadanos que reclaman su responsabilidad en la estafa de las preferentes, que existe. Nadie duda a estas alturas de la importancia que han jugado los políticos en la gestión de las cajas, las mismas cajas que vendían preferentes a clientes que no tenían el perfil adecuado a ese producto de alto riesgo. Y cuesta creer que alguien dude de que el Gobierno, ante las exigencias de la UE para salvar a los bancos, ha preferido ‘fusilar’ los ahorros de los afectados por la estafa de los preferentes antes que actuar contra el sistema financiero creador del problema. Motivos para la indignación existen.

Les dejo con una carta de una familiar de afectados por las preferentes para que conozcan detenidamente el drama que suponen. Y eso solo una historia entre decenas de miles:

Me llamo Ana, tengo 33 años y soy la hija de un matrimonio de 73 años de edad, una pareja que se ha pasado toda la vida trabajando duro para sacar su familia adelante y, sobre todo, tener una jubilación tranquila y segura, dentro de lo que cabe.

Para ahorrar, en el año 2000, mis padres decidieron comprar participaciones preferentes de La Caixa por valor de 20.000 euros con vencimiento perpetuo, ya que el director de la oficina lo vendió como un producto fijo, seguro y rentable. “Esto es como un plazo fijo, sin ningún tipo de riesgo”, les dijo el director, “y, además, cuando lo necesiten, en unas 48 horas tendrán el dinero disponible, ya que si no encontramos comprador, la misma Caixa de Pensions se hace cargo de ellas y le abonará su dinero más los intereses correspondientes hasta la fecha”. Todo quedó bien claro y, confiando en su director, mis padres firmaron, creyendo que aseguraban su dinero para tenerlo disponible a su vejez.

Lo que no sabían ellos es que estaban regalando su dinero a La Caixa.

En junio de 2010, volvieron a La Caixa. La crisis había estallado y temían que su dinero peligrara. Cuando el director de la oficina supo sus intenciones, negó rotundamente el peligro existencial,repitiendo exactamente lo mismo que hacía diez años, que era un producto de lo más seguro, sin posibilidad de pérdida y que si hubiese algún problema La Caixa avalaría el producto. Mi padre le repitió varias veces que su intención no era sacar el dinero de la oficina, simplemente que, dada la situación actual, lo quería conservar en una cuenta normal. Y el director insistió diciendo: “total garantía y mejor que un depósito”, así que, no contento con lo que ya tenía, animó a mis padres a que compraran mil euros más y, desafortunadamente, así lo hicieron, regalando a La Caixa en total 21.000 euros.

El problema llegó cuando mis padres necesitaron por primera vez su dinero y el día 20 de noviembre de 2011 se dirigen al director de su oficina de La Caixa pidiendo la venta de las participaciones. Entonces fue la primera vez que el director se dignó a decir la verdad: “las participaciones preferentes no se pueden vender ahora, porque están bloqueadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores”. A lo que mi padre contestó: “¿cómo?, ¿qué?”.Y el director les explicó que el mercado de participaciones estaba cerrado y que en enero ya se vería qué pasaba porque saldrían a cotizar al SEND, reconociendo por fin, que no estaba claro que éstas conservaran su valor. Mis padres en estado de shock, solo podían pensar que habían perdido su dinero, pues está bloqueado = no disponible + valor desconocido. El director“preocupado por mis padres”, les dijo que, si necesitaban su dinero, podía ofrecerles un crédito pagando un interés de igual porcentaje al que están recibiendo por las participaciones más un 1%. Y ahí ya no les explico lo que mi padre le dijo y como acabó la conversación…

Recibí a mis padres entre lágrimas, y me puse a investigar.

Ahora se sabe que La Caixa tiene cuatro mil millones de euros en participaciones preferentes, hay varios tipos: 'emisión 1', 'emisión 2' , 'Repsol', 'Telefónica'... Y entre todas las cajas y Bbancos de España (52 entidades), hay doce mil millones de participaciones preferentes, que ahora mismo están bloqueados y que, cuando coticen en bolsa o en SEND, a partir de enero, no se sabe cuánto valdrán.

Lo más grave es que todas esas participaciones corresponden a familias ahorradoras, “no inversoras”, que ahora mismo no saben que tienen su dinero congelado, que se desconoce su valor y que hay una alta probabilidad de pérdida.

Lo más sorprendente es que he podido constatar que en La Caixa todos los directores han actuado de la misma forma y con las mismas palabras que el director de mis padres, y los afectados no solo son gente mayor, si no gente de todas las edades. Parece que desde las altas esferas de La Caixa se ha animado a aplicar una política de engaño de forma generalizada. Pero realmente no ha sido solo La Caixa, todas las entidades financieras lo han hecho de la misma forma.

¿Creen ustedes que un ahorrador está dispuesto a perder si quiera un 10% de sus ahorros? Por supuesto que no!! El ahorrador viene a que le gestionen sus ahorros no a que le roben, y evidentemente no quiere riesgos. Muy diferente es un inversor.

Está claro que no advirtieron de los riesgos que tenían las participaciones, no como mercado, sino como características del propio producto: alto riesgo, perpetuas, no cubiertas por el Fondo de Garantía de Depósitos…

A partir de 2007, para comprar participaciones, la ley obliga a realizar un test MIFID para certificar que la persona que las compra tiene los conocimientos y experiencia necesarios para comprender y valorar los riesgos que implica este producto y sus consecuencias.

Mis padres nunca han visto este test. Pero hay gente que ha firmado sin saberlo, otros dicen que cuando firmaron el test ya salía con las cruces marcadas del ordenador, en fin…

Es verdad que un comprador tiene la responsabilidad de conocer lo que compra, pero sobre este tema hay mucho que decir.

La Caixa es la caja de ahorros más importante de Europa, la tercera entidad financiera de España y primera de Catalunya. Una entidad que desde que se fundó (1904) se dedicó al ahorro familiar y a ofrecer un seguro para la vejez cuando aún no existía este tipo de prestación social en España. Un banco con tantos años de historia solo lo consigue cumpliendo con las buenas maneras, ética y formas, ya que sus valores siempre fueron: liderazgo, confianza y compromiso social. Con lo cual la costumbre del “firme aquí” está muy arraigada y, en general, no desconfiamos porque dicha confianza se la ganaron a pulso. Y, si me dicen “firme aquí” y me pongo a leer el contrato en la mesa del director, me miran como un bicho raro dando la imagen de “tipo desconfiado”. Mis padres, igual que millones de personas en este país, confiaron en el director de la oficina con el que llevaban años de relaciones económicas, y esto ahora nos va a costar muy caro.

Sólo me queda hacer un llamamiento a los ahorradores afectados para que se inscriban en Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España) para luchar de una forma organizada y conjunta, con el objetivo de obligar a La Caixa y a todas las entidades a que procedan a la amortización de las participaciones preferentes y dejen de estafarnos.

Más información:

http://laeconomiadelosconsumidores.adicae.net/index.php?articulo=1337

http://www.ausbanc.es/web/sec131.asp

http://economia.elpais.com/economia/2013/03/22/actualidad/1363974696_695919.html

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/06/07/galicia/1339097383_593845.HTML

http://www.finanzas.com/noticias/mercados/20120525/rostro-preferentes-quien-vendieron-1384289.html

http://economia.elpais.com/economia/2012/04/20/actualidad/1334952591_156318.html

http://www.publico.es/dinero/439349/puse-mis-ahorros-en-preferentes-y-ahora-vivo-con-solo-400-euros

http://www.cuatro.com/diario-de/corrupcion-empresarial/preferentes-gigantesco-ahorros-personas-mayores_0_1539300579.html

http://www.telemadrid.es/?q=node/180512/

http://cincodias.com/cincodias/2013/03/22/mercados/1363984821_021367.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/01/economia/1328114469.html

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