Casi doscientos mil ocupados y trescientos mil activos menos en un año no
suponen un problema para el Gobierno. El Partido Popular está obsesionado con
una única cifra: la del paro. Y todo vale para conseguirlo, incluso empujar
poco a poco a medio país fuera de España y desincentivar a buena parte de los
desempleados para inscribirse en los registros públicos.
“España ha salido de la trinchera de la crisis y combate ahora en el
frente de la recuperación”. El último parte de guerra del general Rajoy
confirma un avance en todas nuestras posiciones. El enemigo, la crisis, está a
punto de sacar la bandera blanca. Pero, más allá de esta literaria frase redactada
por un poético asesor de comunicación de Rajoy, ¿qué hay de cierto en tan
desbordante optimismo?
Poco. La Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del año
2013 revela un lúgubre panorama en el mercado laboral de España. La
recuperación económica que el Gobierno, apoyado en sus medios de comunicación más
afines y en sus tutores políticos, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI), lleva vendiendo desde el pasado verano es, desgraciadamente, papel
mojado.
¿Cuál es el principal problema de España? El desempleo. ¿Cuál es la
cifra que más preocupa al Gobierno? El paro registrado. Seis millones, para la
EPA, cinco millones, para los Servicios Públicos de Empleo, redondeando ambas cifras. Y ahí está el fallo, en observar solo estos datos. El Partido Popular no está trabajando para arreglar
el mercado laboral, no ha hecho nada para aumentar las contrataciones y mucho
menos para mejorar las condiciones de trabajo. Más bien al contrario.
El paro está bajando. 2013 acabó con 4.701.338 personas inscritas como demandantes de trabajo en los Servicios
Públicos de Empleo. Casi 150.000 mil menos que hace un año. La EPA, que es la
estadística oficial para la UE, expone que en España hay 5.896.300 parados,
69.100 menos que a finales de 2012. Y, si nos quedamos con estos dos datos,
podríamos creernos el poético avance de Rajoy en las trincheras de la crisis
económica.
Y haríamos mal. El Gobierno no quiere analizar
más números. El paro está bajando. Y ya está. Pero, ¿por qué lo hace? ¿Es gracias
a la reforma laboral? Va a ser que no. ¿Es gracias a una mejora del consumo?
Tampoco, hoy mismo el INE ha expuesto que las ventas del comercio minorista
cayeron casi un 4% en 2013 con respecto al año anterior. Entonces, ¿por qué
está bajando el desempleo?
La última EPA refleja un panorama solo
comparable a un país en guerra. Sencillamente, el paro está disminuyendo porque también lo está haciendo la población activa, aquellos ciudadanos
que trabajan o quieren trabajar, la fuerza laboral de un país, el motor de
la economía. Somos cada vez menos. España cerró el pasado año con 22.654.500 activos en
un país con 47 millones de habitantes. Un volumen insuficiente para sostener
nuestra economía y modelo social y que, además, es menor que en 2012 cuando
había 22.922.400.
Celebrar que el paro haya bajado, entre 69.000
y 150.000 personas, cuando la población activa ha caído en casi 300.000 no
supone, precisamente, una victoria para abandonar las trincheras de la
crisis y luchar ya en el frente de la recuperación. ¿A qué repipi asesor de
Rajoy se le ocurrió frase tan pedante? ¿Qué ha pasado en España para que, en
apenas un año, hayamos perdido a 300.000 tíos que están trabajando o buscando
un empleo? Avanzar posiciones, utilizando el lenguaje bélico de Rajoy, no es
perder masa laboral.
Recuerden, al Partido Popular y al Gobierno
solo les interesa la cifra del paro. Ninguna más. Poco importa dejar el análisis
incompleto. Es una estrategia más de su nociva campaña de propaganda iniciada
hace más de medio año para no perder las próximas elecciones europeas. General
Rajoy, no es ninguna victoria que baje el paro mandando a miles de españoles y
extranjeros fuera del país o desincentivando a los parados para apuntarse en
unos Servicios Públicos de Empleo que solo funcionan como oficinas de
prestaciones.
Para salir de las trincheras de la crisis, no
vale con recortar el paro a base de llenar los aviones a Londres, Berlín, Dubai
o Nueva York de españoles sin trabajo o los de Quito, Bogotá y Santo Domingo de
latinoamericanos que se han quedado sin empleo en nuestro país. ¿Qué quiere el general
Rajoy, ganar la guerra dejando por el camino a miles de ciudadanos? Así parece.
El PP estaría encantado de mandar a un par de millones de parados a Europa,
América y Asia. Problema resuelto. Pues, no.
La realidad es que desde que Rajoy y sus
tropas, apoyadas en una incauta masa electoral que se tragó sus mentiras,
llegaron a La Moncloa el mercado laboral se ha deteriorado. El número de
afiliados a la Seguridad Social ha pasado de 17.229.922 en 2011 a 16.442.681 en
2012 y 16.357.640 en el pasado año. En dos años de Gobierno del general Rajoy,
España no solo no tiene más trabajadores sino que cuenta con menos. Y eso que la
reforma laboral ha abaratado el despido y facilitado la contratación con
salarios más bajos. Y esa es otra. Menos trabajadores, y con sueldos más bajos.
Bravo general.
Las cifras coinciden, más o menos, con las de la EPA.
El último informe trimestral precisa que en España hay 16.758.200 trabajadores
ocupados. Casi doscientos mil menos que hace un año. O estamos en guerra para explicar semejante éxodo o es que en España no hay trabajo. Cuando
Rajoy desembarcó en La Moncloa, el número de ocupados era de 17.807.500. En los
años de bonanza previos a la crisis, España tuvo a más de 20.5 millones de
trabajadores. ¿Cuándo volveremos y en qué condiciones a esa situación?
Cifras, cifras y más cifras. No solo una, la
del paro registrado o el número de desempleados de la EPA para explicar que,
desafortunadamente, seguimos combatiendo en las trincheras de la crisis. Y que,
además, cada vez somos menos soldados sosteniendo el frente. Rajoy quiere
cantar victoria tomando el fuerte de la recuperación sin Ejército y sin Pueblo.
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