La frase es de Beatriz Talegón, exsecretaria general
de las Juventudes Socialistas de España en Europa y exsecretaria general de la
Unión Internacional de Jóvenes Socialistas. Talegón, visto el servil papel del
PSOE con la Troika y el FMI y la absoluta carencia de empatía con los griegos, ha pedido la baja en el partido. Se llama coherencia. Por si existían dudas, al PSOE y la mayoría de sus colegas europeos (no hay más que escuchar
las salvajadas de Martin Schulz y Sigmar Gabriel), se
les ha caído la careta y los calzoncillos hasta los tobillos con el referéndum griego. Al aire solo quedan
las vergüenzas de una formación a la que de socialista solo le queda el nombre a mayor
honra (y traición) de la Tercera Vía de Tony Blair.
“¿Seguirá Grecia en el euro tras este referéndum?
Ciertamente es así pero, si dicen que ‘no’, deberán introducir otra moneda tras
el plebiscito porque el euro ya no estará disponible como medio de pago (…). Y
en el momento en que alguien introduce una nueva moneda, sale de la eurozona.
Es un elemento que me da esperanzas de que la gente no vote ‘no’ en el
referéndum”.
Después del referéndum griego:
“El Gobierno de Atenas ha roto los últimos puentes (…).
Con el rechazo a las reglas de la zona del euro, como se refleja en el
mayoritario ‘no’, las negociaciones sobre millonarios programas son difíciles
de imaginar”.
Los autores de estas amenazadoras frases contra la
libre y democrática decisión del pueblo griego son, respectivamente, los
alemanes Martin Schulz, actual presidente del Parlamento Europeo, y Sigmar
Gabriel, vicecanciller alemán. Para más señas, socialdemócratas (sobre el papel).
Schulz le debe el puesto a un pacto entre el Partido Popular Europeo, los
socialistas y los liberales en virtud del cual populares y socialistas se
repartirán la presidencia del Parlamento Europeo, dos años y medio cada uno, en la legislatura 2014-19.
Gabriel, vigente líder del SPD alemán, apoyó a la canciller Angela Merkel tras
las elecciones de septiembre de 2013.
Estos señores tan, en teoría, partidarios de la
solidaridad entre los pueblos de Europa y de todo el mundo han mutado, como gran parte del socialismo
europeo, hacia posturas muy cercanas al neoliberalismo económico. Cuesta cada
vez más distinguir a los dos brazos del bipartidismo europeo porque, en lo
sustancial, coinciden, como en la brutal operación de acoso y derribo al
Gobierno de Syriza en Grecia, aunque sea a costa de un mayor sufrimiento de los
griegos.
Schulz, antes del referéndum, se afanó en acojonar a
los griegos con la salida del euro (algo que no es nada aconsejable por el futuro democrático y económico de la UE) cual vulgar matón siguiendo la doctrina del
presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la canciller Angela Merkel y su ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble. A la Europa ‘oficial’
le dolió la convocatoria del referéndum. ¡Mira que dejar en manos de los
ciudadanos griegos decidir su futuro! ¡Qué osadía la de estos griegos! ¡Y qué
ingenuidad, si eso de la democracia es una palabra carente de contenido en la UE del siglo XXI!
Al matón Schulz se le unió, tras conocer la amplia
victoria del ‘no’ en Grecia (más del 61% de los votos), el matón Gabriel. En un ‘alarde’ de espíritu
democrático, el líder del SPD recibió la decisión de los griegos con amenazas en las futuras
negociaciones. Para Gabriel las urnas no cuentan. ¡Menudo papelón el del SPD
alemán! Aunque no se les ve, tristemente, incómodos. Más bien disfrutan del
matonismo.
Merkel, como los jefes de los grandes clanes
mafiosos, no necesita mancharse las manos. Ya tiene otros que lo hagan por
ella. Los tiene dispersos por toda Europa, sea en Alemania, Finlandia, Austria,
Bélgica, Portugal o España, donde cuenta con su fiel secuaz Mariano Rajoy y su
caterva de medios de desinformación e intoxicación. Los tenía también en Grecia con Samaras como primer ministro. A fin de cuentas, el principal objetivo de la UE desde la victoria de Syriza en enero ha sido acabar con el Gobierno de Tsipras asfixiando aún más la economía helena.
![]() |
Pedro Sánchez ha seguido la línea oficial del 'socialismo' en Europa. |
Es lo que hay. El socialismo europeo, más allá de
algún guiño tibio de los primeros ministros de Francia (François Hollande) e
Italia (Matteo Renzi), no se ha puesto del lado del pueblo griego. Ha preferido
a los acreedores. Es lo que hay.
¿Se puede esperar algo, verdaderamente, positivo del socialismo europeo tras el ‘no’ de los griegos a nuevas
políticas de austeridad que solo han causado más pobreza?
Hay muchas voces, incluso dentro del mismo
socialismo, que piensan que no.
“Martin Schultz debería dimitir por las
declaraciones sobre el Gobierno tecnocrático en Grecia. Vergüenza de social
‘demócratas’ (…). Los socialistas se fueron del PSOE cuando ya no quedó ni
solidaridad internacional, ni República, ni democracia, ni dignidad en el
partido (…). Que la dirección del PSOE no haya apoyado el ‘no’ debería suponerles
la dimisión inmediata. Ni socialistas, ni demócratas, ni europeístas” Beatriz
Talegón (exsecretaria general de las Juventudes Socialistas de España en Europa
y exsecretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas), en su cuenta de Twitter.
Talegón, que ha pedido la baja voluntaria del PSOE, se
hizo famosa cuando afeó en febrero de 2013 la deriva del socialismo europeo en
la Conferencia de la Internacional Socialista en Cascais (Portugal):
“No hemos sido los socialistas del mundo los que les
hemos animado (a los ciudadanos) a salir a la calle ni a movilizarse (…). No están reclamando lo
que nosotros aquí como socialistas convencidos queremos defender (…). Me
sorprende mucho cómo pretendemos remover la revolución desde un hotel de cinco
estrellas en Cascais, llegando en coches de lujo (…). ¿De verdad sentimos ese
dolor aquí dentro? ¿De verdad podemos entender lo que estamos pidiendo al mundo
desde un hotel de cinco estrellas?”.
En el socialismo europeo conviven desde hace demasiado tiempo tres
grupos cada vez más distanciados: la cúpula, secuaz del neoliberalismo
económico; los afiliados, perplejos ante las flagrantes pérdidas de la esencia del
socialismo; y los votantes (cada vez menos votantes, por cierto), que están dejando de
creer masivamente en el PSOE.
Y es que: “Ni socialistas, ni demócratas, ni europeístas”.
Y es que: “Ni socialistas, ni demócratas, ni europeístas”.
No se me ocurre mejor descripción para el socialismo
europeo en el año 2015.
En realidad no es más que la lógica consecuencia de
la progresiva decadencia del socialismo en el Viejo Continente. España es un
perfecto ejemplo. Más que nada por convertirse en aquello contra lo que luchó hasta hace no tanto. No olvidemos que quien comenzó con los recortes fue Zapatero.
Desde que el socialismo abrazara la Tercera Vía de
Tony Blair (el gran camelo de la izquierda europea) y el excanciller Schröder diera
la espalda a la clase trabajadora alemana (recordemos que fue el inventor de
los ‘minijobs’) y al espíritu de Willy Brandt, poco podemos ya esperar del
socialismo de cuna, del socialismo de raíces. Porque si aún existe no es, desde luego, en las cúpulas de los partidos.
![]() |
Talegón ha sacado los colores al socialismo europeo. |
La actitud beligerante de Schulz y Gabriel con el
referéndum de Grecia, pasándose por la Puerta de Brandeburgo la expresión
democrática de los helenos, no vaticina un cambio significativo en el
socialismo europeo salvo que Hollande y Renzi recuerden de qué iba eso de ser
socialista.
Al aire solo quedan las vergüenzas de una formación
que de socialista solo tiene ya el nombre a mayor honra (y traición) de la Tercera
Vía de Tony Blair. Y al servicio de Angela Merkel, el FMI y el neoliberalismo
que impera en Europa mientras ordena políticas de austeridad.
Lo dijo Talegón. Lo pensamos muchos más. Fallaron también a los griegos.
“Ni socialistas, ni demócratas, ni europeístas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario